1) De dignidad.
Si vuelves de las rebajas con una falda turquesa, cuando tú lo que necesitabas era un jersey y el azul te sienta fatal.
2) De ingenuidad.
Cuando lees el extracto bancario con el recibo de la hipoteca, el alquiler, la factura de teléfono o la academia de inglés y, camuflada entre ellos, la cuota de mantenimiento. Ellos que eran tu banco amigo, nos preocupamos de usted, mantén y miento.
3) De locuacidad.
Al conocer a alguien más alto o que sale en la tele o que habla mucho. Definitivamente, cuando te presentan a Juan y Medio.
4) De sinceridad.
Mientras abres una caja de bombones recién regalada y pronuncias “¿queréis?”. Cuando ves cómo desaparecen y a la frase “te vas a quedar sin nada”, tú respondes: “qué vaah, da igual”.
5) De austeridad.
Cuando vas a pasar un tranquilo fin de semana, en casa de unos buenos amigos y no puedes prescindir del i-pod y sus altavoces, el móvil (dos), la brain training, y unos deuvedés por si no tienen trivial.
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