1) El autorretrato de Durero.
Sobre una cómoda en la casa de mi niñez y, meses más tarde, en una visita familiar al Prado.
1) Las señoritas de Aviñón.
Primero, en el Museu Picasso de Barcelona y, años después, en Nueva York.
3) El busto de Nefertiti.
En los desfiles de moda, sobre los vestidos más lujosos, y más cerca, en el Egipcio de Berlín.
4) Cine en Nueva York.
En los libros de Taschen durante la Universidad y, al acabar, en un Nueva York sin cines.
5) La piedra Rossetta.
En las postales que un amigo me trajo de Egipto y, casi al mismo tiempo, al descubrir el Británico de Londres.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario